Agustín Melchor reúne marcas sagradas en piedra de la ciudad en un libro

El polifacético estudioso, natural de Santa Cruz de la Sierra, Agustín Melchor, está muy vinculado con la difusión de la historia de su municipio, así como con la promoción turística. Asimismo, tiene diversas publicaciones que dan a conocer diferentes aspectos de esta localidad.

Lejos de abandonar su trabajo de investigación, presentó su último libro, 'Trujillo invisible. Marcas sagradas en piedra', hace unos días. Esta obra forma parte de la colección 'Estudios locales', de la editorial Palacio de los Barrantes Cervantes, creada para acoger investigaciones centradas en la historia y la identidad del entorno más próximo, según explicó la representante de la entidad, Beatriz Moreno, en ese acto de presentación.

Esta nueva publicación propone una lectura diferente del paisaje urbano de Trujillo y aporta una nueva forma de mirar su patrimonio, apostilló Moreno. El propio autor resalta que esas marcas, a las que hace referencia el título, son de pequeño tamaño y el paso de los años las ha desgastado hasta hacerlas casi imperceptibles en algunos casos. Matiza que investigadores e historiadores no han ahondado en la catalogación, estudio y promoción de este recurso. «Era un vacío que existía, y con mi libro he querido llenarlo», apunta.

Melchor señala que la finalidad de esta publicación es mostrar a los curiosos y amantes de la historia la rica cultura y el patrimonio que existen en lugares insospechados de Trujillo y que «grabado en piedra en el período medieval, tardomedieval y moderno, ha perdurado hasta nuestros días». No tiene dudas de que son auténticos tesoros y verdaderos heraldos de la pujante historia existente en el municipio trujillano.

El autor explica que ha recopilado cinco tipos de marcas utilizadas por cristianos y judíos, según sus creencias y pensamientos religiosos y la conexión que cada una de esas culturas presentaba con lo divino, lo simbólico y lo trascendente. Estas marcas han perdurado en la piedra.

Una de ellas son las cruces apotropaicas o de protección, que aparecen en las jambas de puertas o ventanas para mantener el hogar protegido del mal. También están las cruces tumularias, situadas en los lugares donde se hubiera producido una muerte violenta o a destiempo, explica Agustín Melchor. Además, destaca las hendiduras que los judíos colocaban en la jamba derecha de la puerta de su casa, los rebajes de afilado ritual y las cruces de inquisición-converso.

El libro también incluye un apartado titulado 'fuera de carta' con otros ejemplos relevantes que se puede encontrar el lector al deambular por la ciudad trujllana.

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